MI PRIMER TRABAJO.
En diciembre de 1970 terminados los estudios, y después de mi viaje de egresados, comencé a trabajar en la fábrica de transformadores que
mi padre tenía, localizada en Munro, Provincia de Buenos Aires, y su nombre era INGEA. Esta fábrica tenía alrededor de 20 empleados y
producía productos de alta tecnología.
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Es para mí emocionante recordar las horas que pasaba luego del horario de oficina
en el laboratorio de mi padre viéndolo trabajar, él es un ingeniero electromecánico
excepcional que desarrolló y registró múltiples patentes; yo veía como era
admirado por todos sus colegas y aprendía a su lado como el avance era fruto de
la acción intelectiva, el esfuerzo constante y el mantenimiento de la esperanza
para alcanzar los ideales. Pero mi dedicación en esa empresa fue a la parte
administrativa y luego a la parte de ventas. Sectores en los que complementaba
los esfuerzos de mi padre.
En el año 1975 ya empleábamos a más de 100 personas y estábamos
construyendo el edificio propio en Talar de Pacheco, cerca de la
Panamericana y Ruta 197. El conducir la gestión comercial, de finanzas y la relación
con el personal durante estos años me permitió crecer en experiencia y desarrollar mis capacidades.
Viví el “Rodrigazo” y la crisis emergente del mismo para todo el sector; vi como muchos colegas desaparecían y nosotros utilizamos
nuestra creatividad para cambiar el perfil de los productos fabricados y los clientes, De fabricar transformadores yugos y
"flybacks" pasamos a fabricar fuentes ferro-resonantes para IBM.
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Es interesante destacar que a fines de los ’70 ganamos una licitación internacional
para fabricar las fuentes resonantes para las impresoras de IBM más grandes
del mercado mundial. Esto permitió a su vez, que IBM Argentina ganara la licitación
entre las 22 filiales mundiales para fabricar dicha impresora (ya que la fuente
ferro-resonante representaba más del 50% de los componentes de la misma).
Es así que en plena tablita de Martínez de Hoz IBM Argentina aumentó sus
exportaciones gracias a nuestros desarrollos tecnológicos y de fabricación.
A su vez, al principio de los ’80 fabricamos televisores color siendo entre los
primeros en hacerlo en Argentina. Desafortunadamente en el año ’81 con el
cambio de Presidente y Ministro de Economía con sus devaluaciones IBM perdió
su licitación, con lo cual se interrumpió nuestra fabricación de dichas fuentes.
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