|
 Su preocupación por el hombre abordado en forma integral: cuerpo, psique, mente y espíritu lo hace
incursionar en un sistema conformado por una cosmovisión que desde una perspectiva filosófico-teológico,
se articula con una praxis con rigurosa base científica a la cual el llamó "Dinámica mental"
Para el ejercicio de los retiros espirituales creó una casa en Ingeniero Maschwitz, que desarrolló través de
la Fundación Conciencia y Ciencia.
Devoto de la Virgen de Fátima, a la que encomendaba sus actividades y de cuyo santuario en Portugal
hizo traer una imagen al inaugurar el templo de Martínez en 1959, el padre Moreno estuvo en plena
actividad en su ministerio sacerdotal hasta pocas semanas antes de morir.
Baruj Tenembaum dijo a raíz de su fallecimiento: "Con el padre Moreno se va uno de los más cabales y
auténticos representantes del diálogo ínter confesional".
|
|
 Por más de diez años tuve la fortuna y el honor de acompañar casi
diariamente al Padre Horacio Moreno en la misa que celebraba en la
capillita del Colegio de Fátima en Martínez. Recuerdo con la humildad
que celebró, con lágrimas en sus ojos al final, la última misa como
párroco en la Iglesia Nuestra Señora de Fátima, antes de pasar a ser
párroco emérito al cumplir los 75 años de edad. Con que humildad para
no interferir en la acción del nuevo párroco, dada que su imagen se
asociaba a la de la Iglesia, se recluyó en la Obra del Colegio
Nuestra Señora de Fátima, para los servicios religiosos en la capilla
a horas que no perturbaran los horarios de misa de Nuestra Señora de
Fátima, y especialmente entregó sus postreras energías a darle
fundamento definitivo a la Fundación Conciencia y Ciencia en este empeño el Centro de Retiros Espirituales "IRENAIKA VILLE"; fue un hito
fundamental.
En el año 2002 quedó inaugurada esta Casa de Retiros, recuerdo con la emoción que Horacio invitó a Monseñor Casaretto Obispo de San
Isidro que la recorrió los días previos a la inauguración y el almuerzo que tuvimos posteriormente, casi íntimo dado que no había
más de cinco personas entre las que se encontraba Monseñor Lagazio, Vicario general de San Isidro.
Fue de gran significación para Horacio y para el Obispo, que tenían una tan dilatada relación.
La Caridad estuvo presente en ese almuerzo.
|
|
 Tuve la suerte de viajar a Tierra Santa en abril de 1999 con Horacio Moreno y un
grupo de personas.
Recorrer con Horacio y asistirlo al celebrar la misa en los lugares más
representativos de la Tierra del Pueblo de Dios, fue una experiencia
inenarrable y emocionante.
El espíritu interreligioso primó en todo el viaje, afortunadamente en un
momento de extrema paz en medio oriente, nuestro guía era judío, y las
relaciones con los musulmanes no tenían carga de hostilidad en ese tiempo.
Celebramos misa en Nazaret, en Belén, en el Monte de los Olivos, en el Gólgota,
en el Monte Tabor, en Ain Karen, el lugar de Dormición de la Virgen, en Canaa
de Galilea y rememoramos en el Jordan el Bautismo que daba Juan.
Pero los últimos años de Horacio, a partir del 2002, no eran únicamente un remanso de paz lógico por la edad y la gran evolución espiritual
que tenía. Le preocupaba sobremanera la continuidad de su obra.
Tuve la suerte incluso, en estos últimos años de Horacio, de acompañarlo a Maschwitz después de la misa que celebraba los domingos
en la Capilla de Martínez y pasar buena parte del domingo con él.
Todo el movimiento de Dinámica Mental al que volcó tantas energías y que está basado en una visión integral de la persona, que es cuerpo
psiquis y mente, y que en armonía puede gozar del obrar del Espíritu Santo. Concepción en total concordancia con los pensamientos de San
Agustín, Santo Tomás, San Buenaventura y con fuertes coincidencias más actualmente con el pensamiento de Jacques Maritain, Theillard de
Chardin y en Argentina el Padre Quiles.
|
|
 Pensamiento por el cual la persona humana tiene implícito en su alma
la luz que la conduce a la máxima realización, que no puede ser
separada del máximo desarrollo de su cuerpo, psiquis y mente para
plasmar en la creación la mayor impronta resultante del desarrollo de
sus potencias según el plan de Dios para él, en plena libertad.
Tal vez Horacio esperaba que yo colaborara con él más de lo que supe
hacerlo. Traté de colaborar en este desvelo que tenía por dejar la
obra insertada dentro de la estructura formal de la Iglesia, pero
respetando la verdad de desarrollo que había en su movimiento como
camino genuino para a través de su desarrollo llevar al Hombre a Dios
y a su Felicidad.
Trabajamos en varias reuniones con diversas órdenes religiosas pero no llegamos a encontrar el camino práctico para llevar a cabo esta
inserción. Entre las más importantes estuvieron las que tuvimos con un Padre perteneciente a la Obra, Opus Dei, en este caso también a
pesar de la buena intención de los participantes no fue posible encontrar un camino común.
Los tiempos no permitían tampoco en pensar en el desarrollo de un nuevo movimiento durante la vida de Horacio.
Esta pesada carga para un hombre entregado a Dios y a la Iglesia Católica gravó los últimos años de Horacio, que si bien dejó una
sólida estructura legal para su Obra falleció antes de concretar su anhelo de dejarla insertada dentro de la estructura formal de la
Iglesia Católica. Yo me acuso en esos años finales de no haber sabido o no haber encontrado la forma para ayudarlo a concretar esta
inserción.
|
Arriba