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Jugar a esas alturas en la quinta división me generaba múltiples satisfacciones, contrariamente a lo que se pueda suponer, ya que
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 reforzaba al equipo en los partidos difíciles.
El ver la cara de agradecimiento de los chicos
de la 5a. cuando me sumaba al equipo es una
imagen que afortunadamente aún conservo.
Me viene a la memoria un partido de la 5a. en el
pozo (la zanja) del SIC, donde ellos jugaban con
una división probablemente C contra nuestra A;
estábamos disputando la punta de ese torneo;
yo por estar acostumbrado a enfrentarme con
jugadores de mayor porte y experiencia en la
reserva, me lucía muy cómodo en esta división,
donde jugaba normalmente de pilar; en ese
partido lucí especialmente, con concreciones de
try incluidas. Recuerdo que cuando entre al
vestuario, ante la presión de los padres de
algunos chicos del SIC, me vinieron a pedir el
documento para ver si realmente cuadraba en la
categoría. Tanta era a veces la disparidad en
el juego.
No puedo tampoco olvidar los viajes a otros
lugares del país para competir, y mucho menos
aún el viaje a Uruguay con la camaradería que se
producía en ellos, todo lo cual abría mi mente y
me mostraba que todos eramos iguales,
despertando un sentimiento de fraternidad hacia
mis adversarios de otras regiones y costumbres
que impregnó mi vida y se ha ido desarrollando
crecientemente a través del tiempo, tendiendo
lazos afectivos que perduran a pesar de la
distancia.
Recuerdo el sufrimiento ante la desaparición
en Los Andes del avión con jugadores uruguayos con algunos de los cuales me había enfrentado y había compartido hermosos momentos
en la gira al Uruguay.
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EN LAS MANOS DE NUESTRO
PAPA FRANCISCO, LA CAMISETA
DEL ATENEO DON BOSCO RUGBY
Pero no puede ser mayor mi alegría de que
el Club que fundó en 1967 Norberto Chindemi
en San Francisco de Sales, al cual acompañé
como socio fundador, ponga hoy su camiseta
en manos de Francisco por su contribución
en la integración social y en la recuperación
del sentido de la vida.
Agosto 2014.
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Mi último año lo curse en el Instituto San Román a fin de
ahorrar un año y rindiendo las equivalencias respectivas
obtuve los títulos de Bachiller y Perito Mercantil, también
participé de los inter colegiales representando al San Román
en atletismo y ajedrez.
Este Colegio también dejó sus huellas en mi espíritu, la nobleza
con que el Director Baena firmemente forjaba el carácter de sus alumnos no pasó desapercibida.
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 Posteriormente, cuando ya trabajaba en INGEA, comencé a cursar
estudios universitarios en UADE, en la carrera de Administración
de Empresas, que en ese entonces se cursaba inicialmente en el
viejo edifico de la calle Libertad.
Cuando comencé con Kanatu, donde debía conducir la empresa, se me
hizo más difícil estudiar y trabajar. Cuando comencé con la
actividad de Sir Home, donde llegué a tener la responsabilidad de
más de 100 personas a mi cargo, el estudiar para rendir exámenes
se me hizo casi imposible, por lo cual si bien cursé prácticamente
toda la carrera, quedé debiendo materias de los dos últimos años cursados, por lo que no pude obtener el título.
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