DanielDosReis.com.ar


INICIO ENLACES ESCRITOS REPORTAJES CARTAS DE LECTORES
Búsqueda de bien común Meditaciones Publicaciones Ventura
 
  • 6. EL PODER Y LOS VALORES
  • El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. En Dios no hay

    diferencia entre deseo y acción porque es el potente.

    El hombre debe transformar lo implícito en explícito desarrollando su

    poder de co-creador, de donde el poder es el gran creador cuando se

    entrega a la acción creadora. El antipoder es aquel que surge de la

    nada, trata de tener lo que no es, no trata de ser; por lo cual

    envidia y desea lo ajeno. El antipoder es el resentimiento.

    El gran poder es el amor por lo imaginado que fuerza la acción

    creadora. El poder es aquel que eleva del sueño a la realidad y aquel

    que puede co-crear lo soñado.

    Ahora bien, cuál es el límite del poder? Dijimos que cuando el que

    ejerce el poder empieza a migrar del deseo de ser al de tener,

    empieza a desvalorizar el poder, llegando en el límite al anti-poder

    que en lugar de ser creador es destructor.

    No es la bondad suficiente justificación del poder. Se puede ser

    bueno y por no saber, llegar a cosas aberrantes por lo que el poder

    puede producir en la sociedad (distribuir lo que no se produce y

    destruir la unidad de producción: “matar la gallina de los huevos de

    oro”)

    Como el poder se ejerce en el mundo, la búsqueda de la belleza en el

    mundo parece ser un valor trascendente, fundamental, que debe regir

    el acto creador. Si la belleza es el resultado de la armonía entre

    las partes y el todo, se podría decir que el acto creativo debería

    estar regido por el objetivo de alcanzar la belleza como fin último.


    La idea de Maquiavelo, que al ser vista superficialmente parece

    cínica “el fin justifica los medios”, al privilegiar el fin último

    sobre el mientras tanto, él toma como un fin último el proyectarse

    hacia la belleza y parecería que apunta al mundo transformado,

    convertido en el paraíso del hombre. La búsqueda de ese fin último

    permitirá transformar nuestra vida.

    Si vemos al poder como un contrapunto constante entre muerte y vida,

    en todo acto creador está implícita la muerte de lo que es

    transformado para a partir de allí buscar algo superior. Y si el acto

    creador surge de la libertad, cómo puede el poder que se ejerce

    ayudar a ese acto creador?

    Cuando el acto creador surge de la libertad, y el poder por

    definición limita la libertad, deducimos que el poder debe establecer

    un sistema que maximice la libertad creadora.

    La verdad parece ser otra característica esencial en el ejercicio del

    poder. Si decimos que el poder se basa en la transformación que surge

    de hacer explícito lo que se soñó, no puede ser un poder que apunte a

    una ilusión, que se ejerza sobre lo falaz. Le quitaría la realidad y

    la sustancia al acto creador.

    Ahora bien, decíamos también que el sistema debería maximizar la

    libertad creadora. Parecería ser que allí la bondad es la condición

    necesaria para evitar tratar de llegar al fin último a través de

    caminos aberrantes. Pareciera ser éste el límite natural del poder

    que debiera ser ejercido.

    En definitiva, el liderazgo será creativo cuando se base en la

    búsqueda de la verdad, tenga como límite la bondad y apunte a que esa

    transformación lleve a la belleza.

    Este liderazgo parecería ser un acto supremo del hombre en el que el

    hombre se asemeja a Dios.

    El otro, el que usurpa el poder por resentimiento o por el poder

    mismo será un liderazgo falto de contenido y que inexorablemente

    terminará siendo tiranía, demagogia o cualquier otro tipo de

    deformación del poder. Sólo apuntará a la satisfacción del que

    detenta el poder cuando él debería trabajar para la satisfacción de

    sus representados.


    Daniel dos Reis

    16 de julio de 2002



    Arriba

    Arriba
     
     

    2 Escritos.    Meditaciones

  • 9. EL AMOR COMO PRINCIPIO Y FIN DE TODO
  • 6. EL PODER Y LOS VALORES
  •  


    Arriba

    Arriba